jueves, 28 de junio de 2007

Lo blanco y lo sepia

Tu voz, tu voz,
como la luz que atraviesa mis ventanas,
me despierta, pero no me toca.



Para terminar la escuela dejé los colores de lado e hice dos series, una en blanco y negro con bajos o altos relieves en gofrado, y otra impresa en un marrón sepia. Todos eran pequeños cuentos.

Vestido y cuento es la historia de un niña que vive en la copa de un árbol. Un día aparece un niño con un vestido tan verde como las hojas de su árbol de regalo para ella, la niña confunde su voz con la luz que se cuela entre las hojas en la mañana sobre su cama, las palabras del niño son como el sonido de un puño tocando una puerta. Cuando logra despertarla él le dice que lo espere, y ella vestida de verde decide esperarlo.





Eran 21 trabajos en total, pero ha sido muy difícil fotografiarlos por el gofrado. El día de mi presentación final, al entrar en el aula que me habían dado para presentar mis trabajos, parecía que había colgado los marcos vacios, porque uno tenia que acercarse mucho para darse cuenta de que había algo allí realmente, ja.





Esto es lo que me queda, de esperarte y esperarte...

Debo suponer que la niña del árbol se fue a un mejor lugar.





Esa mujer tan sola.

Este grabado tiene un árbol en alto relieve, la copa del árbol que es solo ramas está donde debería tener esta niña el corazón, pero este es muy difícil de ver, por la fotografía, claro.





La niña Nube

El resto de grabados que la acompañan, son una mezcla de hojas de cuadernos rayados, donde los textos en alto relieve complementan los grabados en intaglio de sus parejas.

La imagen que va al lado de esta es una hoja rasgada donde se logra leer en alto relieve:
... o lo que no se puede contener.





Niña llorando en una cuchara.

Con este grabado comenzó la serie en sepia.





Niño, tijeras y plumas.

Debajo de la palabra tus sueños hay unas tijeras en bajo relieve, debajo de la almohada del niño están las plumas que él niega haber cortado, debajo de la palabra mis alitas hay una pluma en bajo relieve.





Ella despertó y se fue.

La imagen es solo una cama destendida.





El dijo: Había una vez... y ya no había nada.





Aquí no llueve.

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